El horario de trabajo-estudio personal ahorrará al estudiante gran cantidad de tiempo, ya que sabrá previamente lo que ha de hacer; le permitirá seleccionar el tiempo de trabajo-estudio entre las horas libres y organizar su vida de acuerdo a sus propias necesidades.
Para elaborar adecuadamente un horario, el estudiante debe tener presente los siguientes criterios:
Determinar, en principio, el tiempo total del que dispone.
Tener presente todas sus actividades y compromisos diarios.
Valorar sus capacidades, conocimientos y habilidades respecto a lo que va a estudiar y a las actividades que tiene que realizar.
Elegir los mejores momentos del día para dedicarlos al estudio.
Distribuir el tiempo ente las diversas materias. Conviene que las horas de trabajo-estudio las distribuya separadamente unas de otras, según las exigencias de cada materia, y con una duración no muy prolongada, ya que es más efectivo el trabajo que dura pequeños periodos de tiempo.
Comenzar programando pequeños tiempos de trabajo-estudio e irlos aumentando poco a poco, intercalando los descansos y los cambios de materia.
Cumplir siempre las previsiones realizadas: la constancia es fundamental.
Revisar y modificar el horario según los resultados obtenidos o ante el planteamiento de nuevas circunstancias.
Utilizar el horario hasta que le haya creado un hábito de trabajo, con tenacidad responsable.
DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO DE TRABAJO ESTUDIO.
Cono no es posible estar varias horas estudiando y rindiendo con la misma intensidad, hay que distribuir el esfuerzo en función de:
La dificultad de las materias que tiene que estudiar.
El tipo de ejercicio a realizar y la fatiga que le origina.
La necesidad de descansar y cambiar de actividad.
El siguiente modelo de distribución de tiempo, pensando en una sesión de tres horas seguidas de trabajo-estudia, puede resultar útil.
TEMPORALIZACIÓN EN LA PLANIFICACIÓN DEL TRABAJO - ESTUDIO PERSONAL.
A la hora de materializar la planificación del estudio hay que tener en cuenta los distintos periodos de tiempo dentro de los cuales se desarrollan las diversas actividades que tiene que realizar todo estudiante: estudio y de temas, realización de tareas, elaboración de trabajos, preparación de controles y exámenes, etc.
La planificación semanal pretende asigna a cada asignatura el tiempo que se estime necesario a lo largo de la semana, incluyendo los temas de estudio, realización de ejercicios, aclaración de dudas, etc. Debe incluir todas las asignaturas. el tiempo dedicado a cada una de ellas debe ser proporcional a la dificultad que entraña para su estudio. Además de la agenda personal puede planificar las actividades de estudio de cada semana en un cuadro donde aparezcan las horas y las asignaturas o tareas.
Finalmente, la planificación del estudio llega a su explicitación más concreta: el programar horario personal del trabajo-estudio. Supone un compromiso consigo mismo frente a las exigencias del estudio; desarrolla hábitos adecuados y canaliza el esfuerzo y la dedicación que debe prestar a las tareas del estudio.
Con el programa horario personal el estudiante trata de dar respuesta diaria a la responsabilidad que tiene de estudio, atendiendo a las tareas de las asignaturas en el espacio de tiempo que dispone.
Conviene recordar que el plan de trabajo - estudio ha de ser personal, realista, flexible y diario. Hay que poner en práctica con ilusión y optimismo, realizando los cambios necesarios hasta que se afiance el plan de trabajo definitivo. Un buen plan de trabajo ayudará a organizarse mejor y, por tanto, a disponer de más tiempo para todo.
El plan de estudio diario, en definitiva, viene determinado por una serie de componentes que conviene integrar:
Planificación previa.
Material didáctico y de escritorio necesario para estudiar.
Actividades y tareas a realizar:
Estudio de temas.
Realización de esquemas, resúmenes, etc.
Elaboración de trabajos, tareas, etc.
Realizar repasos,
Etc.
Inclusión de breves descansos.
Atención de imprevistos.